textos que he estado guardando por años siguen brotando. Son notas de la memoria.
Crisol Nocturno
Crisol nocturno, polvo sin onomástico, perdurable en la risa de la censura húmeda, ligera.
La ventana naufraga, vaho. Luces neón iluminan la pista de esta ciudad circense y bailo en el camino de todos los santos para rezarle a los escarnios personales.
Los ángeles ya no tienen estaciones de radio, y entonces, le susurran a la vida que despedaza el deseo salino, personal, consumiendo alientos devotos, sin transistores, sin esfuerzos desechables.
Deletreo tu nombre en falso, me tropiezo sin himnos, sin cadenas.
En el suelo, sin aliento, diminuto soy libre.
La cura para el olvido se sirve en un vaso lleno de realidad, llueven fotografías, así canta la melancolía.
Texto: Andrés Villela